Cuando llega el momento de hacer la declaración de la renta, muchos sienten que están descifrando un jeroglífico egipcio. Pero entre tanto tecnicismo fiscal hay una herramienta muy útil (y legal) para pagar menos impuestos: compensar rentas del ahorro.
¿Has ganado con unas acciones pero perdido con otras? ¿Te han pagado dividendos pero también te han cobrado comisiones al vender fondos? Pues quizá puedas ajustar cuentas con Hacienda y que la factura sea más amable. Vamos a verlo con calma, ejemplos y sin que te explote la cabeza.
📚 Antes de nada: ¿qué son las rentas del ahorro?
Las rentas del ahorro son los ingresos que no provienen del trabajo, sino de tus inversiones y patrimonio. Se dividen principalmente en dos grupos:
- Rendimientos del capital mobiliario
- Intereses de cuentas, depósitos y bonos.
- Dividendos.
- Rentas de seguros de vida.
- Cesiones de capital a terceros.
Estos ingresos tributan desde el primer euro, y no tienen mínimo exento como sí ocurre con algunos salarios.
- Ganancias y pérdidas patrimoniales
- Venta de acciones o ETFs.
- Reembolso de fondos de inversión.
- Venta de inmuebles.
- Criptomonedas (sí, también).
Ambas categorías se integran en la base del ahorro en el IRPF y tributan en una escala del 19% al 28%, dependiendo del importe total.
🤝 La magia de compensar
La buena noticia es que si has ganado por un lado y perdido por otro, puedes compensar esas cantidades para reducir tu base imponible y, por tanto, pagar menos impuestos.
Esta compensación tiene lógica: solo pagas impuestos por el beneficio neto, no por los ingresos brutos. Y gracias a ello, puedes hacer una optimización fiscal sin necesidad de trucos raros.
Ejemplo básico:
- Has ganado 2.000 € al vender acciones.
- Has perdido 500 € al vender otras.
- Resultado neto: 1.500 €. Hacienda solo te grava esa cantidad.
Es decir, si juegas bien tus cartas (o tus activos), puedes ahorrarte un buen pico cada año.
📊 Paso a paso para compensar correctamente
- Compensa dentro del mismo tipo de renta
- Ganancias patrimoniales con pérdidas patrimoniales.
- Rendimientos del capital mobiliario con gastos o pérdidas del mismo tipo.
- Si queda saldo negativo, puedes compensarlo con el otro grupo hasta un límite del 25%.
- Por ejemplo, si solo tuviste pérdidas por vender acciones, puedes usarlas para reducir dividendos hasta ese 25%.
- Si aún queda saldo negativo, puedes guardarlo para los próximos cuatro ejercicios.
- Importante: tienes que declararlo, aunque no puedas compensarlo ese año.
Este sistema está pensado para dar cierta flexibilidad al contribuyente, siempre y cuando juegue limpio.
🧮 Ejemplo completo y realista
Supongamos que durante el año:
- Ganaste 1.200 € por venta de acciones.
- Perdiste 700 € vendiendo cripto.
- Recibiste 400 € en dividendos.
- Pagaste 100 € de gastos de fondos.
¿Cómo se compensa?
- Compensas la ganancia de 1.200 con la pérdida de 700 = 500 € netos.
- Los 100 € de gastos de fondos se restan de los dividendos = 300 € netos.
- Puedes usar parte de las pérdidas (hasta el 25% de 300 €, es decir, 75 €) para reducir dividendos.
- Resultado final: tributas por 425 € en vez de por 1.600 €.
Ese ajuste puede significar pagar un 19% sobre 425 € (alrededor de 80 €) en lugar de más de 300 €. Not bad, ¿eh?
🧭 Compensar años siguientes
Si un año tienes más pérdidas que ganancias, no todo está perdido. Puedes arrastrar esas minusvalías hasta cuatro ejercicios posteriores.
Por ejemplo:
- En 2023 pierdes 3.000 € con criptomonedas.
- No tienes ganancias ese año.
- En 2024 ganas 1.000 € con acciones.
- Puedes compensarlo y solo pagarás impuestos si ganas más de esos 3.000 € acumulados antes de 2027.
Este arrastre de pérdidas es especialmente útil en años de turbulencia, como caídas bursátiles, venta de inmuebles con pérdidas o pérdidas en inversiones alternativas.
📏 La regla de los dos meses: no vale hacer trampas
Hacienda sabe que hay gente lista. Por eso, existe lo que se llama la regla de los dos meses. ¿Qué dice esta norma?
Si vendes un activo con pérdidas y lo recompras en los dos meses anteriores o posteriores a la venta, no puedes compensar esa pérdida en la declaración.
La idea es evitar que alguien genere artificialmente una pérdida fiscal solo para pagar menos impuestos.
Ejemplo práctico:
- Tienes acciones de Iberdrola compradas a 12 €/acción.
- En diciembre bajan a 10 €/acción y vendes con una pérdida de 2 € por acción.
- En enero recompras esas mismas acciones a 10,5 €.
- Resultado: no puedes declarar esa pérdida de 2 €, porque has recomprado el mismo valor dentro del plazo prohibido.
Este límite aplica a activos homogéneos: mismas acciones, mismos fondos, mismos ETF. Y sí, también se aplica en fondos indexados.
¿Qué puedes hacer para evitarla?
- Esperar al menos 2 meses para recomprar el mismo activo.
- Comprar un ETF o fondo diferente (que replique un índice similar, pero no idéntico).
- Cambiar de empresa dentro del mismo sector (por ejemplo, vender Repsol y comprar Total).
Así mantienes tu estrategia de inversión sin perder la posibilidad de usar tus minusvalías.
💡 Trucos y consejos para sacar partido a esta estrategia
- Haz un repaso fiscal antes de que acabe el año. A veces conviene vender un activo con pérdidas para compensar otros beneficios.
- No te obsesiones con evitar pérdidas. Bien gestionadas, pueden ser un escudo fiscal.
- Controla los plazos. No dejes que caduquen las pérdidas de ejercicios anteriores sin usarlas.
- Consulta el borrador de Hacienda. Muchas veces ya incluye parte de la información, pero conviene revisarlo a fondo.
- Lleva un control claro de tus operaciones. Usa Excel, apps de inversión o el informe fiscal de tu broker.
- No confíes ciegamente en tu banco o asesor. Al final, tú eres quien firma la declaración.
📚 Libros recomendados para entender y optimizar la fiscalidad del ahorro
- «Cómo pagar menos impuestos legalmente» – Alvaro Mendoza
Un libro claro y accesible que repasa trucos legales y estrategias para reducir la carga fiscal, incluyendo cómo aprovechar pérdidas para compensar ganancias. Aunque no está centrado solo en las rentas del ahorro, es muy útil para entender el marco general.
- «Finanzas para un tonto» – Juan Marín Pozo
Aunque su enfoque es más amplio, este libro ayuda a contextualizar cómo se integran las rentas del ahorro dentro de una estrategia financiera personal. Tiene un lenguaje coloquial y directo.
- «Educación financiera avanzada partiendo de cero» – Gregorio Hernández Jiménez
Este libro es una guía práctica de inversión con un enfoque especial en el largo plazo, dividendos, fondos indexados y cómo declarar todo esto correctamente en el IRPF. También trata la compensación de pérdidas y ganancias de forma didáctica.
- «» – Sergio Fernández
Si bien se enfoca más en mentalidad y estrategia general, tiene secciones sobre inversión, ahorro fiscal y herramientas para pagar menos impuestos, desde una perspectiva motivacional pero práctica.
- «Independízate de Papá Estado» – Carlos Galán
Una lectura muy popular entre los jóvenes inversores. Explica conceptos de inversión y fiscalidad con ejemplos sencillos, incluyendo cómo optimizar tu declaración y usar la fiscalidad a tu favor.
✉️ Conclusión: Hacienda se queda menos si haces las cosas bien
Compensar rentas del ahorro no es hacer magia ni evadir impuestos. Es usar las reglas a tu favor. Si inviertes de forma habitual, tarde o temprano tendrás tanto ganancias como pérdidas. Y la clave está en saber cómo cuadrarlas para pagar lo justo, ni más ni menos.
Conocer cómo funciona este sistema no solo te puede ahorrar dinero, sino que también te permite planificar mejor tus movimientos financieros. Al final, no se trata solo de ganar más, sino de pagar menos por lo que ya has ganado.
Así que, si aún no lo haces, empieza a pensar en tu inversión con gafas fiscales. Porque a veces, el mejor rendimiento no está en el mercado… sino en Hacienda. 😉