En, Descansa: produce más trabajando menos, el autor trata de acabar con esa bien vista costumbre que existe en nuestra sociedad, donde lo bueno es trabajar cuantas más horas mejor, manteniendo agotadoras e interminables jornadas laborales. No entrar en esa espiral significa ser vago, holgazán o no mostrar interés por el trabajo.
Según el autor del libro, Alex Soojung-Kim Pang, esto se debe a que ya no se le da la suficiente importancia al descanso. El descanso se ha convertido en una mera necesidad física.
Trabajar demasiadas horas nos convierte en máquinas imperfectas. Porque cuando estamos muy cansados nuestros errores y accidentes crecen exponencialmente, además de generarse problemas de salud tanto físicos como psicológicos.
A lo largo de los 11 capítulos en los que se divide esta obra, el autor demuestra, con numerosos ejemplos de personajes históricos, que incluir el descanso en nuestra rutina diaria es primordial para aumentar la creatividad y la productividad. Aunque es necesario recalcar que no se trata del tipo de descanso de estar tumbado sin hacer nada en el sofá, o en ver la televisión, o pasar horas navegando por internet; el descanso productivo que defiende el autor puede ser “pasivo”: dormir un mínimo de horas y descansar bien cada noche para recargar las pilas o la siesta o, por ejemplo, activo como dar largos paseos o realizar un hobby para abstraerse y distraer la mente. Así es como surgen ideas mas creativas para resolver nuestros problemas o de donde sacamos ideas para retos o nuevos productos.
Vamos a revisar algunos de ejemplos aplicados por grandes personajes que lograron destacar notablemente en sus respectivas áreas:
- Cuatro horas
Charles Darwin, Henri Poincare o Ingmar Bergman comparten una cosa en común a pesar de dedicarse a campos tan distintos. Todos ellos únicamente invertían unas pocas horas al día en lo que consideraríamos su trabajo mas importante, el resto del tiempo se dedicaban a sus hobbies a pasear o simplemente a pensar tranquilamente.
Su jordana de trabajo se resumía en 1 o 2 horas intensas por la mañana y otras tantas por la tarde y esta reducida jornada les permitió alcanzar notables éxitos en sus campos.
- Práctica matutina
Las primeras horas del día son las mas productivas, en las que nuestro cerebro esta mas despierto y en las que estamos repletos de energía. Tener una rutina, planificar la jornada y madrugar para aprovechar esas primeras horas es vital para aumentar nuestra productividad.
- Andar
Numerosos estudios han demostrado que el simple hecho de andar es bueno para nuestra mente. Andar relaja y recrea la mente positivamente.
- Siesta
La siesta, entendida como un elemento de desconexión o refresco, de máximo 30 minutos, es beneficiosa para nuestro cerebro. La siesta le permitía a Winston Churchill mantener maratonianas jornadas de trabajo mientras caían las bombas de la segunda guerra mundial sobre Londres.
Una buena siesta nos ayuda a resetear nuestro ritmo circadiano, nuestra vivacidad, que se encuentra en su punto mas álgido a las 8 de la mañana y se va apagando paulatinamente según va avanzando el día. Además de eso ayuda a fijar conceptos en nuestra memoria.
- Paradas
Realiza las paradas cuando tu trabajo fluya y no cuando hayas terminado o completado una etapa, así te será mas fácil volver a arrancar cuando te vuelvas a poner a ello, mientras que de la otra manera tendrás que esforzarte por pensar como proseguir.
- Dormir
El dormir bien y el tiempo suficiente es vital. El sueño nos ayuda a mantener la salud, asimilar nuestras experiencias, consolidar recuerdos y generar nuevas ideas.
- Recuperación
Si el dormir es un factor importantísimo, el poder recuperarse lo es más. La capacidad de desconectar totalmente del trabajo (los sociólogos lo denominan desapego) y atender a otras cosas es imprescindible como elemento de recuperación mental y físico. Es esencial para quienes están sometidos a un trabajo de mucho estrés y presión.
- Ejercicio
Aunque la frase de Décimo Junio Juvenal, Mens sana in corpore sano, sea un clásico, en el libro se citan varios estudios y ejemplos que han demostrado que una rutina de ejercicio diario favorece a nuestro cerebro, aumentando el numero de conexiones cerebrales y promoviendo la producción de neurotrofinas (proteínas que estimulan la formación y el crecimiento de neuronas).
- Juego profundo
Los juegos de azar sencillos (dados) o los videojuegos son juegos superficiales que ofrecen distracción o placer por un corto periodo de tiempo y no te ayudan a desarrollar capacidades que puedas utilizar en la vida. El juego profundo ofrece beneficios permanentes y satisfacción, es absorbente, plantea desafíos y problemas que resolver.
La pintura o la navegación son buenos ejemplos de juego profundo, mantiene a la mente activa, creativa y la potencia.
- Periodos sabáticos
Tomarse un periodo sabático, cada cierto tiempo, nos ayuda a luchar contra la rutina y el aburrimiento y nos carga las baterías para volver con energía renovada y afrontar los proyectos futuros de otra manera.
- La vida sosegada
Debemos considerar el trabajo y el descanso como iguales y ambos tienen que mantenerse en un continuo equilibrio para que nuestra mente y nuestro cuerpo funcionen correctamente.
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