RESEÑA DEL LIBRO: LAS OCHO COLUMNAS DE LA PROSPERIDAD
En Las ocho columnas de la prosperidad, James Allen rescata la esencia de mensajes de sabiduría, éxito y prosperidad transmitidos desde la antigüedad de generación a generación. El autor examina los principios esenciales que pueden formar o derrumbar a una persona o negocio, sin importar las circunstancias.
Esta obra nos reta a poner en práctica estos principios y como el mismísimo autor explica:
Es cierto que pocos hombres de éxito practican en su totalidad y perfección todos estos ocho principios, pero sí hay quienes lo hacen y son líderes, maestros y guías, los soportes de la sociedad y los férreos pioneros a la vanguardia de la evolución humana
El techo de la prosperidad lo sostienen unas determinadas columnas, cuyo fundamento es la consistencia moral. Estas son: energía, economía, integridad, método, simpatía, sinceridad, imparcialidad, autoconfianza.
Energía
Elevación de nuestro ser al grado máximo de actividad en el cumplimiento de una tarea. Fuerza compuesta de cuatro cualidades de carácter vigoroso: diligencia, vigilancia, laboriosidad y celo.
La diligencia genera confianza, la vigilancia previene la irreflexión , la laboriosidad proporciona alegría y abundancia y el celo es la aplicación de la mente al trabajo.
Economía
Conservación y uso acertado de las riquezas materiales y morales.
Para soportar esta columna debemos hallar el equilibrio entre las siguientes siete cosas: Dinero, alimento, vestido, recreo, tiempo, descanso y trabajo y debe erigirse sobre las siguientes cualidades: Moderación, eficacia, ingeniosidad y originalidad.
Integridad
Honradez indestructible. Cumplimiento fiel de las obligaciones contraídas, independientemente de toda consideración de lucro o daño.
La columna de la integridad se sostiene por estos cuatro elementos: Honradez, intrepidez, resolución y entereza.
Método
Subordinación de los pormenores a un plan definido de trabajo, de tal manera que el esfuerzo para llevarlo a cabo siga la línea de menor resistencia.
En el método están contenidos estos cuatro elementos: Perspicacia, exactitud, utilidad y precisión.
Perspicacia para hacerse cargo de cualquier situación y dominarla, exactitud para no cometer errores, utilidad para que todo trabajo realizado sea fructífero y precisión en todos los detalles.
Simpatía
Identificación moral con todos los seres. La simpatía entraña cuatro cualidades: Benevolencia, generosidad, nobleza e intuición.
Sinceridad
Presentarse siempre tal y como se piensa y siente, sin disimulos que encubran las malas obras realizadas en secreto con las buenas obras hechas en publico.
El carácter de un hombre sincero debe contener las siguientes cualidades: Sencillez, ascendiente, perspicacia y prestigio.
Imparcialidad
Obrar con justicia, a pesar de que pueda ser en perjuicio propio. Los cuatro elementos principales de la imparcialidad son: Justicia, paciencia, serenidad y sabiduría.
Justicia para saber mantener el equilibrio entre lo que se da y lo que se recibe, paciencia para saber dominarse, serenidad para no caer en la excitación y el prejuicio y sabiduría para obrar bien y no perder jamás las virtudes morales.
Autoconfianza
Mantenerse firme en los principios de la ley moral, sin apoyarse en la inestabilidad de las cosas humanas. Los cuatro componentes principales de la autoconfianza son: Decisión, firmeza, dignidad e independencia.
Cualquier negocio basado en la práctica disciplinada de todos estos principios será tan firme y duradero que adquirirá características de indestructible: nada lo daña, nada frena su prosperidad, nada interrumpe su éxito ni lo derrumba hasta llevarlo a la derrota total porque su éxito está garantizado.
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