Opinión del libro: Madera de líder

A lo largo del libro, el autor nos explica lo importante que es cambiar de mentalidad para conseguir mejores resultados. La máxima expresión de esta nueva mentalidad es la capacidad de liderar, porque liderar es inspirar, mover en nosotros mismos y en los demás lo más valioso que tenemos.

 

En la sociedad en la que vivimos existe una importante necesidad de liderazgo. Ciertas situaciones imprevistas fueron las que activaron en muchos líderes su capacidad innata de influir en los demás, a lo largo de las 3 partes en las que está dividido este libro ahondaremos en las circunstancias que promueven el desarrollo de líderes, así como las características que todo líder debe poseer.

 

Primera parte: el mundo y nuestro lugar en él

 

Los seres humanos tenemos una serie de necesidades comunes que son intrínsecas a nuestra propia naturaleza. Si no cubrimos estas necesidades (amor, sentirse valorado, objetivos y retos personales), nos sentiremos vacíos y aparecerán los primeros síntomas de estrés y ansiedad.

Por ese motivo, resulta de vital importancia ser coherente con los valores que se transmiten y predicar con el ejemplo. Uno de los principales problemas en el mundo empresarial, es la incoherencia entre los valores que se predican y lo que de hecho reflejan las conductas. Los líderes tienen una gran autoridad entre sus colaboradores porque todos confían en ellos: saben que sus palabras se reflejan con hechos en su conducta.

Las personas tenemos necesidades y Maslow desarrolló una pirámide para describir de manera gráfica la jerarquía entre sus distintos, desde las necesarias para sobrevivir hasta las que cubren aspectos emocionales y de autoestima.

Dicho esto, si elaboráramos una pirámide de Maslow con las necesidades que las personas necesitaríamos encontrar en un entorno empresarial, el resultado sería algo así:

 

• Compensación por mi trabajo.
• Buen trato.
• Valoración personal.
• Reconocimiento del talento.
• Plan de desarrollo y futuro.

 

A partir de aquí debemos plantearnos si en nuestro entorno laboral estamos promoviendo estos comportamientos, ya que contribuirán positivamente a desarrollar la creatividad, el progreso y el respeto.

 

Segunda parte: hacia una descripción del líder

 

La visión no es un concepto o deseo, es un sueño que nos motiva y nos empuja a dar lo mejor de nosotros.

Un líder no se plantea, cómo hacer las cosas, sino que visualiza con fuerza lo que quiere lograr y por qué quiere lograrlo, y es a partir de ese momento cuando el pensamiento empieza a actuar mostrándole el camino que ha de seguir. Ha de ser capaz de fomentar un clima de igualdad en el que todos se empleen a fondo y con igual empeño por un bien u objetivo común.

 

La misión es un complemento que suplementa y da fuerza a la visión y se diferencia de ella porque no es un sueño, sino una declaración escrita de los principios y valores que van a dictar nuestra forma de pensar, hablar y actuar.

 

La labor del líder es centrarse en la misión y velar porque el equipo la tenga siempre en el punto de mira, no dejando que el día a día y los temas urgentes nos distraigan de nuestro objetivo.

 

Las cualidades de un líder

 

Autoridad. Uno de los principales atributos de un líder es la autoridad, pero antes vamos a distinguir entre poder y autoridad. El poder nos lo da el cargo y la capacidad de castigar o premiar a nuestros colaboradores, mientras que la autoridad nos la dan las personas, es algo que no se puede imponer.

Compromiso. Si realmente estamos comprometidos, nos mantendremos siempre enfocados en aquello que es prioritario porque es importante.

Empatía. Es necesario ponerse en el lugar de la otra persona para entender su punto de vista y poder comprender sus reacciones sin juzgarlas previamente.

Escucha activa. No solo es importante ponerse en el lugar de la otra persona, es vital escuchar con tranquilidad y poniendo interés, haciendo entender a la otra persona que nos preocupa lo que nos está contando.

Imaginación. Un líder necesita usar su imaginación para buscar alternativas y abrir nuevos caminos, hay que ser capaz de ver más allá de lo que resulta para todos visible.

 

Tercera parte: el proceso de entrenamiento de un líder

 

Existen una serie de preguntas que nos ayudarán a progresar en la adquisición de habilidades para inspirar e influir positivamente en las personas. Están pensadas para abrir nuestra mente y hacernos cuestionar algunas cosas que damos por sentadas, haciendo saltar nuestras emociones y descubrir una nueva cara de nosotros mismos:

 

• Evaluar y definir la meta de esta semana. Se trata de establecer de una manera clara y específica lo que queremos lograr; para ello nos realizaremos las siguientes preguntas: ¿Qué me enorgullecería lograr? y ¿Qué desafío me obligaría a salir de mi zona de confort y me permitiría evolucionar y crecer?

 

• Definir el nivel de nuestro desafío y la mentalidad con la que vamos a afrontarlo. ¿Dónde podría llegar si colocara mi sueño por encima de mis dudas y supiera que tengo capacidad para alterar las circunstancias que me rodean?

 

• Determinar qué sentido tiene conseguir nuestros objetivos.

¿Cómo van a influir mi visión, mi misión y mis valores en las decisiones que tome esta semana para conseguir mis objetivos?

 

• Definir una estrategia. Se trata de pararse, pensar y planear.

¿Qué voy a hacer?, ¿Cuándo lo voy a hacer?, ¿Dónde lo voy a hacer? y ¿Cómo lo voy a hacer?

 

• Revisar los resultados obtenidos.

Para poder mejorar hay que evaluar de la forma más objetiva posible los resultados obtenidos. ¿Qué objetivos he conseguido?, ¿Qué me ha dado capacidad para conseguirlos?, ¿Qué desafíos he encontrado?, ¿Cómo los he superado?

 

• Analizar cómo hemos logrado conectar con los demás.

¿He conseguido generar relaciones extraordinarias basadas en la compensación, la tolerancia, la amabilidad y el respeto por la diversidad?, ¿He reconocido a los demás las cosas valiosas que han hecho hoy?

 

• Mejorar para ser más eficientes.

Tendremos que eliminar, poco a poco, los aspectos que nos restan eficiencia. ¿Qué objetivos importantes para mí no he logrado?, ¿Qué me ha impedido lograrlos?, ¿Me he enfocado en lo que quería o en lo que temía?, ¿Qué nuevas acciones podría emprender?, ¿Cómo puedo prepararme para los posibles obstáculos?