Llevamos ya mucho tiempo hablando de la transición energética y de la descarbonización de la economía. Los motores de combustión tienen sus días o sus años contados, y la Unión Europea pretende dar un impulso a las energías alternativas y la pandemia lo ha acelerado todo.
Los coches eléctricos son ya una realidad, aunque la tecnología todavía se encuentra en fase de desarrollo. El parque móvil eléctrico continúa siendo muy reducido, pero el incipiente crecimiento de Tesla, convirtiéndose en una de las empresas del sector de más capitalización bursátil, y volviendo a Elon Musk el hombre más rico del planeta, ha provocado que grandes multinacionales como Volkswagen, Toyota o Daimler muevan ficha rápidamente.
A esta revolución eléctrica, se está unniendo también otra de la mano del hidrógeno, elemento químico más abundante en el universo, que puede proporcionar una energía limpia y prácticamente inagotable.
El hidrógeno puede constituir una excelente oportunidad de inversión en la transición hacia una economía de bajas emisiones de dióxido de carbono. Su gran ventaja es que en su combustión no contamina, puesto que únicamente emite vapor de agua. Sin embargo, para llegar a producirlo a gran escala será preciso construir una nueva industria de la nada.
Por este motivo se estima que este mercado alcanzará los 150.000 millones de dólares para 2030.
¿Puede el hidrógeno convertirse en la energía del futuro?
Funcionamiento del Hidrogeno como combustible
La formula del agua, H2O, es una de las fórmulas químicas más conocidas por todo el mundo, esta compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno y teniendo en cuenta que 2/3 partes del planeta son agua no es de extrañar que el hidrógeno sea el elemento más abundante.
El proceso que permite separar el agua en sus dos componentes, se denomina electrólisis, que permite disociarlos aplicando una corriente eléctrica.
Siguiendo el mismo criterio, pero aplicado de forma inversa, si juntamos hidrógeno y oxígeno en determinadas condiciones, generaríamos electricidad. A ese fenómeno se le conoce como electrólisis inversa, y es el que permite a las pilas de hidrógeno producir energía. Lo más interesante es que la combustión de esta pila es totalmente limpia, puesto que únicamente se genera vapor de agua, contribuyendo de manera excepcional a la conservación del medio ambiente.
¿Hidrógeno verde o hidrógeno gris?
Hoy en día gran parte del hidrógeno se extrae del gas natural, este proceso necesita un alto consumo eléctrico y genera emisiones a la atmósfera. Al hidrógeno obtenido de esta manera se le conoce como hidrógeno gris.
Para pasar a un proceso verde seria necesario realizar la electrólisis del agua, pero teniendo en cuenta que se necesitaría energía para producirlo, habría que analizar la procedencia de dicha fuente de energía. Si la energía utilizada para obtenerlo es también limpia (fotovoltaica o eólica), tendríamos entonces el llamado hidrógeno verde o hidrógeno renovable, puesto que su producción se obtendría a partir de métodos de fuentes renovables y no contaminantes.
¿Qué cambios generara el Hidrogeno en la industria?
La Unión Europea ha establecido como fecha limite el año 2050 para alcanzar las cero emisiones de CO2. Será necesario darle un gran impulso legislativo al hidrógeno verde ya que hoy en día la cuota supone solamente el 2% de las necesidades energéticas de toda la Unión frente al 15% necesario para cumplir dicho objetivo.
Para intentar lograr ese nivel de emisiones, será necesario crear toda una nueva industria para el almacenamiento y la distribución, con un coste aproximado de entre 300.000 y 500.000 millones de euros. Para llegar al 2050 con el objetivo cumplido, se prevé que en el 2030 el hidrógeno verde ha de ser ya comercialmente viable y competitivo. Además, debería ser una fuente de energía para el transporte, la calefacción y la generación eléctrica hacia la década 2030-2040.
Además del uso industrial del hidrógeno como energía, el hidrógeno está llamado a ser el combustible del futuro para los vehículos, o al menos, uno de los principales.
Hay que recordar que los automóviles con pila de hidrógeno ya existen desde hace años, con ejemplos como el Toyota Mirai, el Hyundai Nexo o el Honda Clarity Fuel Cell.
La ventaja que tienes los vehículos que funcionan con hidrogeno respecto a los puramente eléctricos es que se cargan de manera similar a los que tienen motor de combustión, y en un tiempo muy parecido, unos cinco minutos, muy lejos del tiempo de varias horas de recarga de un eléctrico.
Por otro lado, todavía son automóviles muy caros (rondan los 75.000€) y además, hoy en día no serían viables, puesto que no existe una red de hidrogeneras para recargarlos. Como apunte, a finales de 2019, había sólo 177 estaciones de carga de hidrógeno en toda Europa, la mitad de ellas en Alemania. Y 432 a nivel mundial.
La hoja de ruta del gobierno español prevé que hacia 2030 haya al menos 150 autobuses, 5.000 vehículos ligeros y dos líneas de trenes comerciales impulsados por hidrógeno, así como una red de 100 hidrogeneras. A nivel europeo también se tienen unas ambiciosas pretensiones, se pretende crear una red troncal para la distribución de hidrógeno, lo que permitiría abaratar el coste del transporte, uno de los caballos de batalla de esta nueva energía.
La Comisión Europea estima que para 2050 el hidrógeno podría suponer entre un 12% y un 14% del mix energético total, convirtiéndose en una de sus energías principales, pudiendo reducir las emisiones de CO2 en 440 toneladas.
¿Como invertir en Hidrogeno?
Las principales compañías energéticas como Iberdrola, Naturgy y el gestor de la red de gas (Enagás) están apostando fuertemente en sus planes estratégicos en el desarrollo de este tipo de energía.
Otra importante rama puede ser la de las empresas que fabrican pilas de combustible ligadas al sector de automoción, como Plug Power, Bloom Energy o Ekpo o la joint venture EKPO Fuel Cell Technologies (Plastic Omnium + ElringKlinger); compañías relacionadas con el proceso de electrólisis, como Linde, McPhy Energy o ITM Power.
Otra alternativa interesante también puede ser empresas como Air Liquide, compañía francesa líder en gases industriales, que está desarrollando soluciones para la movilidad con hidrógeno en China, en sociedad con la compañía nacional, Sinopec; la energética francesa Engie, que esta ultimando el lanzamiento del primer tren en el mundo impulsado con hidrógeno verde, o Siemens Energy (parte separada del gigantesco conglomerado alemán), con un enfoque orientado hacia las energías renovables.