Opinión del libro: ¿Quién se ha llevado mi queso?

 

 

Sin duda, uno de los libros más reconocidos en el ámbito de la inteligencia emocional, centrado en la gestión del cambio.

 

Publicado por Spencer Johnson en 1988 el objetivo principal es mostrar cómo reacciona la gente ante cualquier situación de cambio: puedes decidir quedarte en el pasado y no aceptar el cambio, esto puede conllevar sufrimiento y pérdidas en tu vida, o por el contrario decides aceptarlo y evolucionar, posibilitando que tu vida mejore.

Todos pasamos por algún momento en nuestra vida en el cual las cosas no salen como desearíamos, estamos enfadados y nos ofuscamos. En ese momento es cuando tenemos que pararnos a pensar, reaccionar a tiempo y tomar las decisiones que nos permitan superar ese problema y seguir adelante.

 

Pero para que las cosas cambien, es necesario afrontarlas de distinta manera, si seguimos haciendo exactamente lo mismo ante un problema, ¿Por qué cabe esperar una reacción diferente?

 

El libro se divide en tres partes, en la primera de ellas un grupo de amigos se reúne después de mucho tiempo para hablar de cómo les ha ido la vida y uno de ellos comenta que conoce una historia que ha cambio completamente su vida, no solo personalmente sino profesionalmente, ya que la misma filosofía se ha aplicado en la empresa en la que trabaja.

 

En la segunda parte se narra la fábula. La historia cuenta el día a día de dos ratones, Fisgón y Escurridizo, y dos liliputienses, Ham y Hem.

Nuestros protagonistas pasan el día recorriendo el laberinto en el que viven buscando queso, alimento del que dependen para sobrevivir y ser felices. Un buen día descubren una habitación repleta de queso, lo que les produce gran tranquilidad y satisfacción y cada día repiten el mismo trayecto para ir a esa habitación y disfrutar de su descubrimiento.

 

Fisgón y Escurridizo, seguían con la misma rutina, madrugaban, se dirigían a la habitación y la inspeccionaban para valorar si la cantidad de queso había disminuido o si algún otro cambio significativo se estaba produciendo, sin embargo, Ham y Hem se acomodaron, cada día se levantaban más tarde y no se preocupaban por nada más, asumían que habían encontrado reservas suficientes de queso para siempre.

 

Pero, como todo en la vida, las cosas cambian y en esta ocasión el queso se había terminado. Fisgón y Escurridizo fueron los primeros en llegar y en percatarse de la situación y sin perder un minuto decidieron seguir recorriendo el laberinto en busca de más queso, más tarde, cuando Ham y Hem llegaron a la habitación y se dieron cuenta de que ya no había queso se bloquearon, empezaron a quejarse de su situación, negaron lo evidente y decidieron no hacer nada y volver mañana a ver si su queso volvía a aparecer en el mismo sitio.

Después de varias semanas acudiendo al mismo punto y sin que la situación cambiara, la desesperación y frustración de Ham y Hem fue en aumento hasta el punto de preguntarse ¿Quién se ha llevado mi queso?

 

Mientras tanto, los roedores, se dedicaron a recorrerse el laberinto con ahínco, y después de algún tiempo encontraron otra habitación repleta de todo tipo de queso.

 

Ham, comienza a preguntarse si deberían salir en busca de queso, trata de convencer a su compañero de que es hora de moverse, de actuar, de cambiar, pero Hem sigue ofuscado y no está dispuesto a ello.

Finalmente, Ham decide abandonar a su amigo y salir en busca del queso, después de mucho esfuerzo y tiempo encuentra a Fisgón y a Escurridizo en una habitación llena de todos los tipos de queso que había soñado. Piensa en volver a por Hem y tratar de convencerlo, pero desiste ya que entiende que no está dispuesto a asumir los cambios y seguir avanzando.

 

En la tercera parte del libro, el grupo de amigo comenta el cuento que acaban de escuchar y hablan entre ellos sobre esta parábola en primera persona: ¿Con que personaje me identifico? ¿Por qué la gente no está dispuesta a cambiar? Así como situaciones parecidas que han vivido en su vida personal o profesional.

 

En esta fábula, el laberinto representa el tiempo que cada uno dedica a buscar lo que desea, a perseguir sus objetivos, es decir, el queso. Puede ser cualquier cosa: dinero, un trabajo mejor, una relación, libertad, salud, reconocimiento; todo lo que requiera trabajo, esfuerzo y perseverancia.

 

En la sociedad en la que vivimos, global, competitiva y en continuo movimiento es necesario adaptarse con una mentalidad abierta, saliendo incluso de nuestra zona de confort, aceptando nuevos retos para mejorar y desarrollarnos.

 

La lección con la que nos deberíamos quedar es:

  • Aceptar que el cambio es constante
  • Anticiparnos al cambio y prepararnos para el mismo
  • Cambia y disfruta del proceso

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